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Lealtad a la lealtad.

La lealtad es una virtud que uno adquiere involuntariamente. No es un concurso y sobre todo no puede estar entretejida a otros pequeños contratos de mutuo acuerdo. Ni siquiera tiene que ver con la manera en el que el otro se comporta con nosotros, inclusive puede estar alejada de nuestros propios intereses. Creo que las lealtades que son producto de pactos solemnes son oscuras. Es decir, existen lealtades dañinas, ilegítimas y peligrosas por supuesto. Mal llamadas lealtades. No me interesa acercarme a ninguna órbita posible de estos casos.

Voy entendiéndola mejor cada día. La pensaba cerca del honor. Pero vuelvo a encontrarme en el concepto individual y personal, que el honor puede estar muy contaminado de creencias, herencias y roles. Luego la separé de la honradez, ya que me suena a un concepto más sobre el manejo de bienes materiales y la simple ingenua idea de hablar solo con la verdad.

Creo que tampoco me refiero a la gratitud, eso debe ser un elegido reconocimiento de parte de uno hacia un otro que le debe algo por algo. No me refiero a la fidelidad, aunque podría ser un elemento que conforma la lealtad, me parece un concepto mundano/civil relacionado a una promesa, pero es de todos estos conceptos el que más me mueve y lo sostengo muy alto.

La lealtad creo que tiene que ver con comprender el amor. ¿Cuál? El tuyo hacia la mirada frente al horizonte sin camino. Ese que elabora el proceso fisiológico de dar cada paso firme para avanzar y crecer. El que contempla todo el sistema de tiempos que te van influyendo en las decisiones, que mueve los músculos necesarios para emitir una voz valiente, para ir de la mano con alguien, para ayudar a alguien sin hacer propaganda. Es el deber. La única manera de entender esto es demoliendo el ego del que eres prisionero. Desmantelarlo sin mesura.

La gente que no porta lealtad, ni siquiera puede comprender que no tiene la posibilidad de notarlo. Entonces no se sienten responsables de esa ausencia. Su espíritu no lo entiende. Como los ebrios que no comprenden una conversación.

He reducido mi círculo vital. Lo anuncié hace un tiempo. No te creo, me desespera tu mediocridad y tu falta de principios. No aguanto verte estancado, estacionado como si te estuviera tragando una ciénaga y ni te molestara o ni lo notaras. No aguanto escucharte decir las mismas tonterías de cuando éramos jóvenes, no aguanto que no evoluciones, que no alimentes tu espíritu. No aguanto como llenas de odio y contaminas las mentes de tus pequeños, siento tristeza absoluta e impotencia, tengo esperanza que nazca en ellos junto a su educación algún rechazo de todo lo que les haces escuchar cada día, manipulando lo más preciado que tienen, sus mentes. No te soporto hablando apasionadamente con tanta estupidez sobre temas que desconoces, te subes al tren seguro de la mayoría del barrio en el que elegiste vivir, caminas en la vereda con sol. No soporto tu falta de escepticismo, de crítica, tu puta pseudo ciencia que es un insulto al conocimiento y la inteligencia. No soporto tu retroceso. No soporto como manejas a gente tan volátil que tienes cerca, no soporto tu poder.

Ya no reconozco a una gran mayoría de conocidos y ex amigos. Algunos me producen algo peor. Ya no hablo de los estancados, hablo de los que quedaron vacíos y se desentendieron completamente con la vida, los que no tienen nada adentro, absolutamente nada más que creer que este mundo se basa en posesiones (iba a poner “materiales” pero no es necesario). No aguanto más toda tu pose e hipocresía. No te aguanto cargando banderas que nunca antes en tu vida te había visto flamearlas, es más, te vi pisotearlas, te vi ignorarlas y ahora te convertiste en un gran fanático. No soporto tu embriaguez. Te embrutece. No tengo tiempo para escucharte.

Mi mundo actual requiere un gran trabajo de control y de actuación, he perdido varias habilidades sociales. No me siento libre. Aquí vuelvo a encontrarme con el inicio de este círculo, mi libertad se reduce a estar con personas que entienden el valor de la lealtad y que crecen con ello. Este proceso es tan poderoso que cuando te acercas y abrazas a esas personas y conversas de la vida, de los miedos, amores, esperanzas, te levantas y creces, como un río estacional.

No me quedan razones, con el escaso y valioso tiempo que tenemos, para pasar horas con otro tipo de personas que no sean leales con la vida. Leales a la lealtad. Vinimos a ser felices. Vos, no-leal, no lo entiendes, estas lejos, negociando con la vida. Agradezco tu distancia. Me alegra tu pequeña felicidad y tu club de la amistad. Me olvidaba, tampoco soporto tus clubes.

2 comentarios en “Lealtad a la lealtad.

  1. Cuan difícil es ser leal!
    Sé de amigos que cambiaron su lealtad por dinero o por otras cosas materiales.
    Creo que las mejores lealtades son de aquellas que no se predican demasiado y mas al contrario es un sentimiento guardado que persigues en tu camino.

    Saludos Grillo! Buen Post!

    PD. ¿No tienes el audio de: 1994 – LLEGAS. Sencillo “Fuego cruzado”. Soundtrack de la serie “Fuego cruzado”.?

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