Ateísmo

Sam Harris I. (El ejemplo de Angelina Jolie).

Sam Harris enuncia un ejemplo interesante como introducción en un debate sobre religión y ateísmo. Más o menos el ejemplo es el siguiente: Imagínate que te encuentras con un viejo amigo que está radiantemente feliz y te dice que todo ha cambiado y tiene sentido en su vida desde el día que se dio cuenta que esta destinado a casarse con Angelina Jolie y esa creencia le da significado a su vida, es su propósito en la vida y le hace mejor persona. Le das explicaciones del tipo que Angelina tiene hijos y esta casada con Brad Pitt y que él no podría estar destinado a ser su marido así sin más razones, pero tu amigo dice terminantemente que no entiendes y que no quisiera vivir en un universo en el que no se case con Angelina Jolie. Aquí puede quedar claro el punto de que tu amigo ha perdido la cordura e inclusive probablemente se haya convertido en una persona peligrosa. Esta es precisamente el tipo de discusión que sucede con los círculos religiosos.

Una creencia puede mover la vida de una persona determinando sus miedos, deseos y su conducta. Un gran problema de discutir con ellos es que su evidencia es inexistente. Se basan, además, en que la ciencia es tan incompleta que deja espacio a Dios. La ciencia es la primera en admitir cuando no sabe con certeza algo, la arrogancia verdadera está del lado de los que ponen el conocimiento de la edad de hierro frente a genuina ignorancia científica o verdadero conocimiento actual.

Quiero cruzar este ejemplo de Harris con otra idea expuesta en su libro El fin de la fe. El terrible dogma que manejan los religiosos moderados, esos que abundan por nuestras calles, me refiero a los que piensan que todo ser humano es libre de creer lo que quiera de Dios, en nombre de la tolerancia religiosa, etc., etc., es precisamente una fuerza que nos condena al desencuentro y enfrentamiento peligroso.

Las doctrinas de las religiones modernas son insostenibles, las pruebas de la existencia de este dios son básicamente las mismas de la existencia de otros dioses de la antigüedad, uno no comprende cómo es posible que se mantengan actualmente ante esa ausencia de evidencia. La gente ahora exigiría evidencia sobre algunas situaciones que se les ponen en frente, una relación extra conyugal de su ser amado, un acto de delincuencia de un hijo, la traición de un amigo. Pero pareciera que no exige evidencia ante algo como ponerse ropa interior de un color en año nuevo, comer 12 uvas, un tratamiento homeopático, leer y actuar en base a horóscopos y sobre todo cuando acepta que un Dios invisible escribió un libro que tienen a mano y con el cual rigen sus vidas y las de sus hijos, por lo menos en partes que les resulta conveniente. Son moderados, no olviden eso.

El punto es que las diferencias en las versiones de ese libro hace que la gente se haya organizado en grupos distintos con conductas y leyes distintas. Cada uno de ellos exigiendo exclusividad sobre el mandato de su dios, y cree que las demás están equivocadas, imaginen lo que piensan de nosotros, los ateos. Esto sería clave para explicar la intolerancia como algo característico de los creyentes (moderados o no). Son intolerantes por definición.

Los religiosos moderados son producto de haber asimilado siglos de pensamiento humano social y cientifico, el libro que leen no ha evolucionado, simplemente hacen la vista gorda en pasajes que saben perfectamente que están obsoletos. La física y la medicina son buenos ejemplos para hablar de algunos temas que han aceptado estos creyentes moderados, el problema es que no son críticos con su libro y con la literalidad que supuestamente conlleva, es decir, que como no siguen al pie de la letra las escrituras que supuestamente son sagradas para ellos, traicionan su fe. Me incomoda ver tanto religioso y a veces furioso defensor de sus creencias y escrituras no siguiendo ni cumpliendo casi nada o muy poco de sus leyes. Creo que siento algo peor en el caso de la gente que dice que cree en dios, y no en la religion, de hecho me resulta desagradable, me pregunto ¿cómo eligen los valores que rigen sus vidas?, ¿cuáles mandamientos siguen y cuáles no?, ¿cuáles rituales sociales practican?,  ¿cuáles pecados se permiten cometer y por qué?. Suena muy conveniente, ¿no creen?. Aunque piensan que sacamos cosas buenas de esas creencias, nuestra moral y comportamiento ético, no parecen tener problema con otros temas como el odio, racismo, misoginia, intolerancia, guerra, pobreza, muerte, etc.

El mayor problema es que siendo muy similares al amigo que cree que el propósito de su vida es casarse con Angelina Jolie, todos estos no parecen tan insanos. Camino diariamente entre ellos.

Un comentario en “Sam Harris I. (El ejemplo de Angelina Jolie).

  1. Ciertamente, cualquier creencia religiosa carece de base lógica y racional. El análisis que haces es correcto y expresas preguntas que no se pueden responder desde un análisis de las religiones. En otras palabras, las creencias no tienen un sentido en sí mismas y tampoco son útiles para el que cree, aun los creyentes estén convencidos de ello. La utilidad de las creencias es externa y ajena, es decir, que inculcadas desde la infancia y de forma generalizada son útiles para la dominación ideológica. La idea del temor a Dios es útil para inculcar el temor -¿respeto?- a la autoridad, el temor al castigo eterno es funcional a la eficiencia de los sistemas penales (aun fuera en teoría), la sacralización de la Virgen y su imagen de mujer abnegada es útil para inculcar el machismo y la división sexual del trabajo, el discurso de los pecados capitales es funcional a la represión de los placeres y, entre ellos, probablemente a la más importante de ellas que es la sexualidad, lo cual es funcional a la sacralización excesiva del trabajo; y así, podríamos analizar cada componente de las creencias católicas y encontrarle un sentido externo completamente lógico, ligado al poder político.

    Éstas no son ideas únicamente mías, varias de ellas las he tomado de Bakunin, Marcusse y Foucault, quienes analizan las creencias religiosas como funcionales a un sistema de poder y fuera del cual carecen de sentido propio. Te sugiero leer, por ejemplo, “Dios y el Estado” de Bakunin.

    Interesante el ejemplo de Sam Harris, voy a investigar más al respecto.

    Lindo artículo, Grillo.

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