MúsicaReseñas

Los mejores álbumes 2019 (I)

Fue un gran año musical. Realmente agradezco eso. Por esa razón voy a reseñar más álbumes que lo normal, yo creo que serán 20. Aquí van los primeros cinco. Como saben escucho muchos géneros, por esa razón les dejo entre paréntesis al lado del titulo del álbum el género. No recomiendo nada, es música que me conecta con la vida y me ayuda a estar aquí.


Branford Marsalis Quartet – The secret between the shadow and the soul (Jazz)

Nuevo álbum del cuarteto, es interesante escucharlos con su sonido original (vienen de un gran álbum el 2016 ‘Upward Spiral’ con Kurt Elling como vocalista invitado). Marsalis en saxos, Joey Calderazzo en piano, Eric Revis en contrabajo y Justin Faulkner en batería. Calderazzo y Revis convirtiéndose en los autores importantes de la banda con dos temas cada uno, Marsalis aporta con un tema y graban dos covers , uno de Andrew Hill y una canción de Keith Jarret: ‘The wind up’. 

Un cuarteto que toca tanto tiempo juntos y cada miembro siendo de un nivel superlativo logra contar historias y paisajes imposibles. Grabado en tres días. Estoy fascinado con las baladas de este álbum. Mis favoritas: 

Conversation among the ruins’ (Calderazzo) es de lo mejor que escuché en este género en años, te quiebra, escúchenla con calma, en silencio, déjense llevar por estos músicos, por la melodía, los solos (Marsalis en soprano) y la base. El título es un soneto de Sylvia Plath. Hice un cifrado:

Nilaste’ de Revis es también una belleza. Totalmente atrapante, un poco más compleja. Lo que es increíble es la maestría con que manejan las dinámicas y la rítmica. Los cuatro tocan a un nivel más allá de lo que esperas inclusive conociendo hace décadas este cuarteto desde la época de Kirkland y Hurst.

‘Life filtering from the water flowers’ de Marsalis. Enorme canción, Calderazzo la comienza increíble y Marsalis esta vez con el tenor dando una clase de cómo llevar una melo/impro con una rítmica que complementa lo que están haciendo los otros tres, nadie está arriba de nadie, es un equipo incendiario. Siete canciones para uno de los mejores trabajos del año, sin duda, llevando una formación de cuarteto de jazz clásico a niveles de sofisticación delirantes. 

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Jamila Woods – LEGACY! LEGACY! (R&B)

Segundo álbum de esta poeta, música y activista. Cada canción lleva el nombre de una persona transformándo el álbum no solo en un homenaje sino en una declaración de principios. Políticamente incorrecta. Puede ser Zora Neale Hurston, Nikki Giovanni, Miles Davis, Basquiat, Sun Ra, James Baldwin, Frida Khalo, Betty Davis, Muddy Waters, Sonia Sanchez entre otros. Noto en cada una de las canciones la madurez y responsabilidad de expresar la personalidad, el trabajo y el legado de cada uno de estos iconos culturales. Se necesita mucha capacidad para escribir música y letra como un retrato. 

R&B con algunos elementos de rap, electro soul y jazz. Melodías muy bien escritas, con un sentido conocimiento de los modos, tensiones, de rítmica (el uso de tresillos sin abusar en momentos perfectos me fascina). Es una gran artista con una voz tan propia y nueva que se disfruta al máximo y te quedas a la espera de lo que su mente produzca en el futuro.

Lindo y sólido álbum con una paleta de tonalidades muy bien elegida. Eb, Ab, Bb, entre otras. Buen balance en el diseño sonoro, entre baterías reales y digitales, pianos eléctricos vintage y synths, bajos y synthbass, melodías y rapeos.

Basquiat’ me fascina, la línea del bajo que abre la canción, una guitarra eléctrica y un piano adornando la melodía que Jamila está cantando desbordando actitud y la batería que entra en el segundo verso concretando un groove impresionante. Mi favorita.

(en las plataformas están incluidas las letras de todas las canciones)

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Olivier Latry – Bach to the future (Clásica – Barroco)

Olivier es el organista titular de la catedral de Notre Dame hace 33 años. Todo es fascinante en este álbum. Se grabó este concierto poco antes de la tragedia. Los ingenieros de La Dolce Volta hicieron un trabajo impecable, imagínense grabar ese magnífico órgano Cavaillé-Coll, sonando en la catedral de Notre Dame con sus 7 segundos de reverberación, situado debajo del Rosetón principal. No existe un órgano en el mundo que suene como este, el mismo Aristide Cavaillé-Coll en 1868 revolucionó el sonido del instrumento, trabajando en el suministro de viento, en los armónicos y en un innovador efecto de campanada (chime), pueden escuchar eso por ejemplo en el track 7, BWV 617. Sumemos a eso la música del más grande compositor de la historia.

La música de Bach es eterna, es de las galaxias, es atemporal. No puedo imaginar el nivel de preparación mental para interpretar este instrumento y esa música en un viaje que desde el pasado debe conversar con un momento presente y quedar registrado para la eternidad. 

Toda interpretación de la obra de Bach obviamente pasa por muchos años de investigación, estudio, práctica e idiosincrasia del organista (en este caso). 

La experiencia es en muchos momentos sombría, pero es totalmente hermosa, el coral BWV 721 es posiblemente el lugar más conmovedor de este concierto, viene exactamente después de Toccata und fuge en D moll BWV 565 que es brutal, diez minutos frenéticos. Las dos fugas y BWV 572 tienen mucho aire y espacio con una magistral performance. 

Me quedo con el primer coral y el cierre del álbum, el extraordinario Passacaille und fuge BWV 582. Hay tanto ingenio, inteligencia como pasión y maestría, es una de las obras más comentadas, estudiadas y aplaudidas de todo su trabajo. Prepárate para el clímax.

Seguramente los más puristas de la obra de Bach tendrán reparos, pero quiero pensar que esto es, primero, música del siglo XVIII tocada para oídos del siglo XXI. Yo no recomiendo nada, pero si quieres viajar muy lejos y tocar lugares de tu vida quizás poco visitados y recónditos, agarra este álbum, una buena bebida, buenos parlantes o headphones y disfruta de música que no es de este mundo. 


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Bon Iver – i,i (Indie alternativo, future pop, cantautor)

El cuarto álbum del proyecto de Justin Vernon. La evolución sonora que escuchamos en el camino desde ‘For Emma, Forever Ago’ (2008), ‘Bon Iver, Bon Iver’ (2011), ‘22, A Million’ (2016) -la reseña puedes leerla aquí– a ‘i,i’ (2019) es muy interesante. Son tan distintos, está buscando algo sin rumbo (espero), algo que Justin mismo se sorprenda. Me conmueven sus melodías, sus falsetes, su búsqueda me conecta con la vida. 

No me canso de escuchar sus trabajos, ni siquiera sé hasta ahora cuál me gusta más, incluido este nuevo. La calidad de sus grabaciones y mezclas son notoriamente mejores.

¿Qué sucede en este álbum?

Lo primero que noto es que cada vez tiene más ideas, múltiples ideas que debe combinar y conectar entre tantos sonidos que utiliza. Noto también mucho trabajo de edición en el estudio como parte del proceso creativo, a veces hasta un aire de collages. Noto demasiados invitados, nombraré a James Blake en ‘iMi’ y Bruce Hornsby en ‘U(Man Like). Tardé en entender la apertura del álbum. Nunca dudé que iba a gustarme, Bon Iver es de los pocos músicos que espero la salida del álbum y lo escucho a la hora que se publica en las plataformas, es como las sagas en las que estoy atrapado en el cine y tengo que ir a ver en el estreno a las 0.00 horas, solo que Justin es mucho mejor. 

En ‘iMi’ empecé a juntarme con la música, una canción en Ab (IV II / V) con mucha edición más arreglos de voces reales y voces procesadas, de todas maneras seguía ansioso de esperar ‘la melodía’ que me marque como lo hace. En ‘We’ sentí que el enigma se estaba develando. Esa manera en que manipula los arreglos vocales logrando esas texturas es, en mi caso, adictivo. ‘Holyfields’ tiene una base con los instrumentos intervenidos por un trémolo en semicorcheas y arriba canta como sabe: barítono con un falsete muy bien logrado, por eso el amplio registro que posee.

La canción llegó. Es ‘Hey, Ma’. Esto es Bon Iver, increíble canción con una paleta de sonidos hermosa. Desde ahí ya vienen joyas como ‘U(Man Like)’, ‘Faith’, y ‘Salem’ que es quizás mi favorita. 

Voy a ser claro, amo lo que procesa las voces, sus synths, su reciente visión futurista del pop (de hecho lo está logrando). Cada vez más músicos, más invitados, coautores y más productores, esto por lo visto no significa que sea crecimiento. A veces extraño escuchar su guitarra acústica, menos ediciones y todo lo que sabe hacer con su voz, aunque si escuchas con mucha atención sigue allí. Admiro todo lo que puede hacer teniendo abajo unos pasajes armónicos tan simples. La enseñanza de su trabajo. Como un hiper moderno Neil Young. 

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Conociendo Rusia – Cabildo y Juramento. (Rock pop)

Descubrí el trabajo de Mateo Sujatovich, me alegró mucho degustar una joya nueva del rock argentino, deseaba escuchar una propuesta redonda y con un diseño de sonido tan interesante, mucho del rock argentino está dentro de este álbum que en realidad es el segundo, luego escucharé el álbum debut. Dudé en decir esto pero bueno, es hijo del gran Leo Sujatovich, legendario tecladista y pianista de Spinetta Jade (también del solista de Luis Alberto ‘Mondo di cromo’ entre otros).

El álbum abre con la canción homónima, lo primero que escuchas es un Gm(maj7), con todo lo que eso implica, acorde hermoso. La canción nos lleva a ‘No soy un extraño’ de Charly y  a ‘Giros’ de Páez, una delicia. Después del estribillo vuelve a la intro con un ii v i m(maj7) y la melo cantando la novena para caer en la sexta del acorde. Así me llenó de curiosidad el álbum. 

En ‘Quiero que me llames’ unas pinceladas de una guitarra jazzy en la intro, luego con los arreglos de vientos pintando la canción cantada en octavas. Suena a producción de Phil Ramone, pero en realidad es Nico Cotton, productor que está empezando a firmar bastantes álbumes argentinos. Canciones de amor y desamor, destaco también ‘Cosas para decirte’, ‘Otra oportunidad’. El trabajo de mezcla y masterización me encanta.

Cierra el álbum ‘Montaña Infinita’ una gran canción en 6/8, beatlesca, con arreglos de cuerdas incluidos, esta vez tipo Phil Spector, creo que mi favorita junto con la que abre el álbum.

Aires de bolero, tango, blues encontrarás en las rendijas de este trabajo. Suena muy lindo, todos instrumentos reales, bien tocados. Mi debilidad. Creo que Lisandro Aristimuño logra caminar más a un lado del sonido argentino que este álbum, pero por alguna razón no me molesta para nada, debe ser la nostalgia de tantos álbumes rioplatenses que disfruté. Espero que en los próximos años, en los álbumes que vendrán, tome más riesgos. Espero optimista. 

Les dejo un cifrado que hice mostrando lo que hace la melo en la intro:

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