MúsicaReseñas

Steely Dan: Countdown to ecstasy (1973)

Steely Dan pertenece a una realeza en la mesomúsica. Con ustedes, Donald Fagen y Walter Becker. Cinismo e inteligencia. Sonido perfeccionista de estudio y mucho trabajo en la composición. Trabajo, nada de ir a improvisar/buscar al estudio. 

Jazz rock, art rock o pop jazz, se los etiqueta cerca de allí. Gran sonido, arriesgadas y exquisitas ideas de progresiones armónicas y melodías. Este es su segundo álbum. Una pinturita de USA de los setenta. Prostitución, drogas, gansters, creencias espirituales, apocalipsis nuclear, decadencia, todo muy beat.

La primera canción Bodhisattva es un boogie muy divertido (irónico, por supuesto). En el segundo track empezamos a escuchar la destreza que tienen al escribir canciones. Son tremendos. Estructuras que respeto mucho. Intros, versos, precoros, coros, interludes, solos, puentes y partes varias. Estructuras que muchos temen hacer ahora.

The Boston Rag es una de mis favoritas. Sonido Steely, coros ensamblados, los pianos adictivos de Fagen y sus impredecibles cambios. Excelente.

Your gold teeth tiene una intro que muestra de donde vienen. Fundamentos de bebop en esa melo. Se van en fade out, cosas de esos años, me imagino. Pienso que se hacían fade outs cuando se grababa a una banda y en una toma buena que elegías no había un buen final, pensar eso del perfeccionista de Fagen me parece imposible, así que los cinco fade outs del álbum son parte del diseño. 

Show biz kids. Dan ganas de moverse sobre una armonía que no lo hace. Hipnotizante la base y las voces. Una slide guitar respondiendo a la izquierda de las melodías. 

My old school es un derroche de arreglos de vientos (creo que son cuatro saxos), coros/voces, solos de guitarra y varios interludes. Pearl of the Quarter es otra de mis favoritas de toda la discografía Steely, un clásico instantáneo de la banda, cierra con King of the World acabando con un colapso y devastación nuclear.

El control que tiene la banda del formato de rock/pop es lo que les permite agregar el nivel de arreglos tan sofisticados (mas los inserts latinos en este álbum) y elementos de jazz. Grandes músicos tocando. Empecé a apreciar/entender esta banda después de mi visita obligada a los íconos del rock clásico, cuando uno busca nuevos sabores en esta vida.

Steely Dan es una metáfora perfecta en la mía. Esos caminos impredecibles, con muchos cambios. Esos cambios que tienen una razón perfecta para existir porque luego vienen más y debes estar preparado.

Arriesgarse para crecer. Elegancia en las tensiones. Es el secreto. Estirar un poco. Caminar hasta ser sofisticado en ese camino. Perder la ingenuidad usando la ironía como ejercicio (esencial en estos días). Existen soluciones distintas para cada encrucijada. Steely Dan por supuesto es un gusto adquirido. Este es uno de mi álbumes favoritos, bueno, uno de mis 7 favoritos. Geniales. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *